Como piezas del famoso juego de mesa francés, los seres que habitan nuestras aulas están permanentemente conectados y van construyendo su conocimiento a base de experiencias, de investigar, de explorar nuevos territorios y de compartir ideas, ya sea en el mundo virtual o analógico. Son seres inquietos a los que les gusta trabajar en equipo ya que de esta manera obtienen mejores resultados, pues aunando las mejores cualidades de cada uno consiguen solucionar mejor las incógnitas. Son seres de diferentes colores, con aptitudes variadas y que siguen diferentes caminos que a veces pueden llegar a unirse.
Pero al igual que las piezas del Carcassonne los mutantes, en especial los más pequeños se pueden perder ante el aluvión de información que les ofrece su entorno y son fácilmente manipulables por esos mismos medios que les ofrecen información. ¿Qué camino será el más adecuado para conseguir el objetivo?
Y nosotros ¿Estamos preparados para mutar con ellos y hacer de guías?
La imagen ha sido tomada del Carcassonne Junior, juego de estrategia muy popular en Francia.
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